sábado, 28 de agosto de 2010

''Eterno Misterio De Amor''

Era aquella chica imposible de no ver, imposible controlar los ojos para que no se desviasen hacia donde ella estaba, porque era ese algo que seguramente habrá sido lo que atrajo a su entonces primer novio. De una tez extremadamente blanca, cabello negro y suave y delicadamente ondulado, ojos negros como la noche pero con un brillo como el de alguna estrella perdida, siempre vestida con suaves telas blancas que parecían adornar su cuerpo y aquel indescriptible dije color verde que colgaba de su fino cuello desde que se puso de novia, así era aquella muchacha.

Junto con su novio parecían la pareja más perfecta, dos jóvenes predestinados a estar juntos; siempre se sentaban en la misma parada de la estación de Ranelagh y era ahí donde parecía surgir la magia de su relación que, a pesar de ser de pocas palabras éstas no hacían falta porque se hablaban con tan sólo una mirada.

El Joven aparentaba ser alguien muy normal y tranquilo, de voz gruesa, cabello castaño peinado hacia un costado y siempre vestido con una camisa pero, algo informal; y la característica extraña era la belleza que poseía.

Siempre estaban juntos como si fuera imposible separarlos, pero un día de invierno, frío y ventoso, con nubes que cubrían todo el cielo en una amenaza de lluvia, por primera vez se los vio pelear. Los delicados labios de la joven, morados por aquel frío, desbordaron palabras que sólo expresaban dolor, un sentimiento acumulado en el alma que se había atrevido a salir. Esto provocó que, de aquellos ojos intensamente negros brotaran lágrimas amargas que humedecieron su rostro y se mezclaron con las primeras gotas de lluvia, haciendo que todo brillo existente en ella se apagara. Y entonces, arrojó sobre el muchacho su dije verde.

El joven hizo sonar su voz al gritarle y responder con todo lo que él pensaba, todo lo que parecía ser la razón de la pelea. Aunque no se sabe exactamente cuál fue, sí se sabe que fue tan grave como para acabar su relación.

Por un tiempo, no se vio a ninguno; pero cuando se supo algo de ellos nuevamente fue tan impactante que nadie logró olvidarlo. La policía los había hallado muertos a ambos en una casa abandonada. Sus cuerpos sin vida yacían en el suelo de una habitación con un disparo en el pecho cada uno como si lo hubiesen hecho ellos mismos. Pero un detalle que nadie pudo obviar fue que se encontraban de la mano juntos y sostenían el dije verde.

El tiempo parecía haberse detenido, volvió a correr y nadie volvió a hablar de la consternante historia hasta que, luego de asfaltarse las calles de la estación de Ranelagh, la gente comenzó a sentir misteriosas sensaciones. Se ve una especie de sombras que parecen ir de la mano, se siente un extraño frío en la nuca que da la sensación de que hay alguien más y se puede ver una luz verde muy distinguida que según muchos es el dije de la muchacha. Hoy todas esas sensaciones pueden ser el producto de aquella relación entre la joven pareja que, sin saberse porqué, su misterioso amor los llevó a su recordada muerte. Ese amor que aún mantiene unidas sus almas que deambulan por su viejo lugar de encuentro, un amor tan intenso que supera cualquier cosa... incluso la muerte.

2 comentarios:

  1. Mas allá de la historia, me encantó la riqueza del lenguaje empleado en esta historia. FELICITACIONES.

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